Receta Fácil de Salsa Bechamel: Perfecta para Pastas y Lasagnas
Receta Fácil de Salsa Bechamel: Perfecta para Pastas y Lasagnas
¿Te ha pasado que quieres impresionar a alguien con una cena casera pero sientes que cocinar no es lo tuyo? No te preocupes, te tengo cubierto con algo que no falla: una salsa bechamel casera. Es más fácil de lo que piensas y te aseguro que con esta receta, esa lasagna o pasta que tienes en mente pasará de ser buena a espectacular. ¡Vamos a ello!
¿Qué necesitas para hacer una salsa bechamel?
Primero, lo básico: mantequilla, harina y leche. Son los protagonistas de esta salsa tan versátil. Para darle sabor, no olvides una pizca de nuez moscada, sal y pimienta al gusto. La clave está en las proporciones y en el cuidado que pongas al mezclar los ingredientes para evitar grumos. Pero no te agobies, aquí te voy a guiar paso a paso.
La proporción perfecta de ingredientes
Para que te quede una salsa suave y cremosa, la proporción es vital. Por cada dos cucharadas de mantequilla, utiliza dos de harina y dos tazas de leche. Si la quieres más espesa, añade un poco más de harina, y si la prefieres más líquida, pues más leche. Así de sencillo.
Evita los grumos en tu salsa bechamel
El temor de muchos: los grumos. Pero tranquilo, hay un truco infalible. Una vez que derritas la mantequilla, añade la harina y cocínala un poco para que pierda el sabor a crudo. Luego, incorpora la leche poco a poco y no dejes de mover con un batidor de varillas. ¡Verás que queda perfecta!
¿Cómo saber cuándo la salsa bechamel está lista?
La consistencia es tu mejor indicador. Cuando la mezcla cubra el dorso de una cuchara y al pasar el dedo deje una línea limpia, es que tu salsa bechamel está lista. Además, debe tener un color ligeramente dorado y un aroma que te invite a probarla. Recuerda, la paciencia es tu aliada en la cocina.
El color y sabor ideal de la salsa bechamel
Si te quedas corto en la cocción, la salsa tendrá un sabor a harina muy marcado. Por otro lado, si te pasas, puede tomar un tono demasiado oscuro y un sabor a quemado. Busca ese punto medio donde la salsa tenga un color crema y un sabor suave y agradable.
¿Con qué platos combina mejor la salsa bechamel?
La versatilidad de la salsa bechamel es una maravilla. Claro, las pastas y lasagnas son sus compañeras naturales, pero también puedes usarla en una buena moussaka o como base para otras salsas. Imagina una salsa de queso para tus nachos, solo añade queso a tu bechamel y listo.
Ideas creativas para usar salsa bechamel
No te limites a lo convencional. Prueba añadirle hierbas finas para una salsa más aromática o un toque de curry para darle un giro exótico. Incluso puedes usarla en tus verduras al horno para darles una capa cremosa y deliciosa.
¿Puedo preparar la salsa bechamel con anticipación?
Claro que sí, y esta es una gran ventaja. Puedes prepararla con antelación, guardarla en el refrigerador y simplemente recalentarla cuando la necesites. Solo asegúrate de cubrirla con film transparente tocando la superficie para que no se forme costra.
Conservación y reutilización de la salsa bechamel
Si te sobra salsa, no la tires. Puedes congelarla y usarla en otra ocasión. Solo recuerda descongelarla adecuadamente y darle una buena revuelta al calentarla para que recupere su textura original. Así, siempre tendrás a mano un toque gourmet para tus platos.
Y ahí lo tienes, una receta fácil de salsa bechamel que es perfecta para pastas y lasagnas y que, además, te puede sacar de apuros en más de una ocasión. ¿Ves? No tienes que ser un chef profesional para crear platos que dejen a todos chupándose los dedos. ¡Anímate a probarla!

Deja una respuesta